lunes, 1 de noviembre de 2010

Privacidad y seguridad en Internet: la asignatura pendiente

No es ninguna novedad decir que la sociedad ha cambiado y en muchos aspectos nada tiene que ver con los hábitos, las costumbres y las formas de entretenimiento de la sociedad de las décadas anteriores. Tampoco es nuevo decir que los niños y jóvenes de ahora no son como los de antes. Han nacido en un mundo en el que las Nuevas Tecnologías forman parte de su vida, tanto que a este grupo de jóvenes, con edades comprendidas entre los dos y los dieciocho años,  se les conoce como la “Generación 2.0”. Yo, que no soy mucho mayor que ellos, me doy cuenta de ese cambio.

Recuerdo cuando mis padres compraron el primer ordenador. Fue cuando mi hermano empezó el instituto y lo necesitaba para realizar sus trabajos. Quién iba a pensar por aquel entonces que años más tarde el ordenador ya no se concebiría únicamente como una herramienta de trabajo sino como un recurso que, gracias a Internet, nos permite encontrar información de cualquier tema y que ha provocado un cambio en nuestra forma de organizarnos, de trabajar, de comunicarnos e incluso de relacionarnos. En el caso de los jóvenes de hoy en día, las redes sociales se han convertido en una de las formas más frecuentes de comunicación aunque desgraciadamente, en la mayoría de los casos lo hacen sin el control de un adulto. Son numerosas las voces que se han alzado avisando de los problemas que esto puede ocasionar ya que muchos de ellos se relacionan a través de Internet con desconocidos sin darse cuenta del riesgo que esto puede acarrear.


Pero ¿hay algo que podamos hacer como docentes? La respuesta es clara: los docentes debemos enseñar a los menores a controlar su privacidad en Internet. Recientemente, el director de la Agencia Española de Protección de Datos, Artemi Rallo, ha manifestado en un artículo publicado en el periódico El País su preocupación ante este hecho y la necesidad de tomar cartas en el asunto. En su opinión, la solución ha de partir del propio sistema educativo, incluyendo en el currículum la enseñanza en aspectos básicos de protección de datos y seguridad. Sin duda alguna, la idea es totalmente coherente con los planes de estudio actuales donde una de las competencias básicas que los alumnos deben alcanzar es la Competencia Digital a la cual contribuyen todas las áreas del currículum. Es evidente, tal y como señala el Sr. Rallo, que  para ello hacen falta docentes bien formados en este aspecto, es decir, profesionales que sepan enseñar a los jóvenes cómo emplear sus datos, controlar la privacidad y seguridad en Internet así como las consecuencias negativas que puede ocasionar su uso inadecuado como, por ejemplo, publicar en la Red todo tipo de fotos y videos de terceras personas sin el permiso de éstas. Esto es lo que llamamos crear una conciencia del respeto.

Afortunadamente, la propuesta del Sr. Rallo no ha caído en el olvido. La semana pasada se hizo público que varias organizaciones van a realizar un estudio sobre la privacidad de los menores y las redes sociales en el que participarán 1500 escolares. De su análisis se podrá conocer en cierto modo cuál es el nivel de privacidad que tienen los jóvenes a la hora de utilizar dichas redes. No es suficiente, pero al menos puede servir como punto de partida.

Nuestro papel como docentes sobre este aspecto está claro pero no cabe duda de que el papel fundamental lo tienen los padres pues los niños utilizan las redes sociales cuando están en su casa.

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